Internet es un arma de doble filo del que tenemos que conocer todos sus riesgos para saber controlarlos y sobre todo, evitar que nuestros hijos o alumnos hagan un uso incorrecto del mismo, algo que cada vez es más importante puesto que la edad mínima del uso de las nuevas tecnologías está viéndose reducida considerablemente, regalándole tablets a los más pequeños de la casa y teléfonos móviles con conexión de datos a los preadolescentes, los cuales se enganchan rápidamente a las redes sociales incluso cuando no están destinadas a ellos. Es por este motivo que nos vemos obligados a elaborar esta pequeña guía para padres y educadores sobre los peligros de Internet.
Los riesgos y peligros de Internet para niños y adolescentes
Usado de buena manera, Internet puede considerarse como una herramienta increíble en la que uno puede encontrar prácticamente de todo. Podemos disfrutar de nuestras aficiones, conocer más datos de un tema o de otro, conectar con nuestros amigos para charlar con ellos o incluso sentirnos más unidos a nuestros familiares. A pesar de esto, también puede convertirse en una adicción y está comprobado que, cuanto más pronto utilizan los menores los teléfonos móviles y sobre todo Internet, más sensación de apego tienen con las nuevas tecnológicas, debiendo de limitar su uso diario.
Usar el teléfono móvil durante mucho tiempo, al igual que el ordenador o portátil, puede llevar a conductas nocivas para los menores, ya que puede conseguir según nos han comentado desde Chateamos.net que vean la realidad de una manera mucho más diferente de lo que es, y aunque, como hemos dicho, pueden conseguir ayuda de otros usuarios hablando por chats sobre un tema en particular o una afición, algo que se considera sano, porque se pueden hacer buenas amistades, también es posible que otras personas no realicen esta actividad tan altruista e incluso pueda afectar a la autoestima del menor, ya que puede hacerle ver que tiene alguna carencia, ya bien sea física, que es más delgado o más gordo de lo normal o que incluso los dedos de los pies los tiene feos, y esto provocará una sensación de ansiedad porque su cuerpo dejará de gustarle.
De la misma manera, afectará a su consumo directo con lo que tiene a su alrededor, es decir, si tiene cuentas en las redes sociales, algo que no se recomienda hasta cierta edad, podrá empezar a recibir información que modifique su conducta, como por ejemplo, crearle la necesidad de comprar cierto producto que no va a necesitar, pero que al final estará adquiriéndolo porque se lo ha visto a un famoso o a una persona que sigue en las redes sociales, consiguiendo que, en caso de no tenerlo en sus manos, se sienta desdichado e incluso pueda provocar una pelea con sus familiares.
El aislamiento de los adolescentes a causa de la tecnología e Internet
El aislamiento social está ocurriendo hoy en día con toda la familia, tanto con los amigos, los conocidos y los familiares. Ya cada vez pasamos menos tiempo de calidad con las amistades, sino que directamente estamos conectados al teléfono y miramos la pantalla incluso cuando hace días o semanas que no vemos a la persona que tenemos junto a nosotros. Esto también está ocurriendo con los menores, y es por eso que Internet está considerándose un riesgo, un problema muy grave puesto que consigue aislar a los más vulnerables, haciendo que se sumerjan únicamente en los terminales que tienen en sus manos, pero que no sean capaces ni de realizar otras actividades diferentes, como bien puede ser leer, estudiar, ver una película, entre otras.
La recomendación de los expertos es que se pueda seguir un número limitado de horas de uso diario, consiguiendo de esta manera que el usuario aproveche dicho tiempo para lo que realmente quiere o necesita, sin sobrepasar nunca dicha barrera, algo que al final, podrá causarle la sensación de que no tiene tiempo para nada, creándole mucha ansiedad, depresión y estrés, pero sobre todo, seguirá consumiendo Internet y las redes sociales puesto que verá en este lugar un sitio donde descargar sus frustraciones, sus sentimientos de cansancio o de poca realización y por lo tanto, se vuelve una rueda, ya que al invertir el tiempo en el lugar menos indicado, seguirán perdiendo el tiempo, una tarea que está en manos de los padres corregir y encauzar hacia nuevos hábitos saludables, debiendo, por supuesto, tener una implicación activa los propios progenitores.